lunes, 11 de diciembre de 2023

 



Una breve reflexión sobre la sociedad líquida y la pérdida de dirección en las organizaciones


Desde su análisis de la “modernidad líquida”, Zigmunt Bauman afirma que: “Es difícil concebir una cultura indiferente a la eternidad, que rechaza lo durable. Es igualmente difícil concebir una moralidad indiferente a las consecuencias de las acciones humanas, que rechaza la responsabilidad por los efectos que esas acciones puedan ejercer sobre otros. El advenimiento de la instantaneidad lleva a la cultura y a la ética humanas a un territorio inexplorado, donde la mayoría de los hábitos aprendidos para enfrentar la vida han perdido toda utilidad y sentido” 1, lo cual me lleva a la siguiente reflexión.

Hoy vivimos en una sociedad líquida en la que los individuos viven identidades paralelas con una moral que se une al estado fluido y navega sin ideología ni ética de izquierda a derecha o viceversa en una travesía sin objetivos claros; lo único que los orienta es permanecer en el bando ganador para lograr que sus intereses individuales se cumplan.

En el contexto de las organizaciones, la moral fluida hace que su cultura sea clientelista y su liderazgo transaccional; lo cual, no permite una visión a largo plazo y hace que los individuos (también líquidos) tengan como único objetivo en este espacio el cuidado su metro cuadrado de poder. Así el estado líquido invade todos los espacios y las organizaciones viven en una incertidumbre permanente que limita los procesos creativos, sin definir claramente su misión y estrategias de progreso.

Entonces, la organización líquida no da cabida a la generación de conocimiento que conduzca al desarrollo que busque el bienestar colectivo y garantice la libertad de los individuos. Por ello, no se debe confundir una organización flexible que apoye el crecimiento personal y profesional con la organización líquida que limite la libertad y vuelva al individuo con su moral líquida esclavo de la dirección del flujo del momento (del poder del momento).

Como lo dije en el título esto es una breve reflexión personal que no intenta ser “la verdad” única y válida; simplemente creo que esta reflexión abre espacio a diversas discusiones sobre la cultura y gestión de las organizaciones así como su influencia en el desarrollo de la sociedad.


1 Zigmund Bauman (2003), Modernidad Líquida, Fondo de Cultura Económica, México.





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